Por Toni Ferreiro
La soleada tarde del sábado en el estadio Eva Perón recibió con un fuerte y merecido aplauso a los héroes de Malvinas de nuestra ciudad, sumando al homenaje a Omar De Felippe, actual director técnico de Atlético Tucumán.
Los dos equipos venían de empatar y necesitaban sumar de a tres. El local con la vuelta a la titularidad de algunos recuperados por Covid y Atlético, apostando a un mix, quizás porque juega entre semana por la copa Argentina.
Lo cierto es que la tarde se prestaba para un gran partido. Arrancó mejor Sarmiento y a los 3 minutos Alanis cambió de ritmo, el centro cruzó toda el área y por muy poco no llegó a conectar Quiroga.
Jugaba mejor el verde y en un rebote corto dentro del área Marcelo Herrera, figura del local, la puso contra un palo. Sarmiento fue abrazo y festejo. Atlético dudas, imprecisiones y mucho desconcierto. Tanto que Guillermo Acosta vió la roja por un inexplicable y alevoso codazo a Castet antes de la media hora del partido. 1 a 0 arriba y el rival con hombre menos parecía ser el partido ideal para el verde. Pero el partido, increíblemente, se le empezó a ir de las manos.
Rápido de reflejos De Felippe decide el ingreso del Bicho Aguirre por Junior Benítez. El cambio recompuso rápidamente a la visita, que se adueñó del mediocampo y exigió a Vicentini en un mano a mano con Carrera primero Ortiz cabeceó por arriba del travesaño solo en el área chica.
No sabemos con precisión cuáles fueron las palabras del técnico visitante, lo que sí sabemos, que el hombre, acostumbrado a dar batalla, a jugarse la vida, habrá tocado la fibra, la sensibilidad, el amor propio y el orgullo de sus dirigidos.
El ingreso de Mussis por Erbes para arrancar el segundo tiempo fue decisivo. El ex Gimnasia junto a Aguirre fueron piezas claves para cortar en el medio y generar los espacios necesarios para llegar con peligro.
Se jugaba el partido que quería Atlético. Sarmiento nunca encontró la pelota, ni los espacios para generar llegadas con peligro, ni siquiera para quitarle ritmo al partido.
La jerarquía y experiencia de los visitantes fueron demasiado para el verde que cayó una y otra vez en los mismos errores, cometiendo faltas innecesarias en la mitad de la cancha que se convertían en centros y jugadas de peligro.
A los 15 del segundo tiempo el ingreso de Javier Toledo inclinó definitivamente el partido. Carrera desbordó a García por izquierda y se la puso en la cabeza al recién ingresado. Poco le importó estar un pasito adelantado al ex Sarmiento para decretar el empate.
No conforme con el empate, y viendo la falta de reacción del local, los tucumanos repitieron su efectivo libreto. A puro empuje y centros con pelota parada fueron por la heroica. Lo tuvieron Vergini y Carrera pero no pudieron concretarlo.
Sarmiento solo se arrimó al arco de Luchetti con un débil remate de Borasi. Sin el manejo de la pelota ni el cambio de ritmo para frenar al rival, apeló a los cambios pero tampoco dieron resultados. La salida por lesión de Federico Bravo, de lo mejor junto a Herrera, terminó de desdibujar al verde.
No sorprendió que una gran jugada colectiva terminara en otro centro perfecto para que nuevamente Toledo, figura del partido con apenas 30 minutos en cancha, le pusiera cifras definitivas al partido.
El grito eufórico de varios jugadores visitantes ante el pitazo final llenó de orgullo a los tucumanos que demostraron coraje y jerarquía para recuperar protagonismo en el torneo.
Desazón y cabezas bajas para este presente verde que deberá trabajar muchísimo en lo anímico y en lo futbolístico sabiendo que, para seguir en la máxima categoría, deberá jugar cada partido como una final.