La idea de Sarmiento para visitar al último campeón en su estadio era sencilla: orden táctico, darle la responsabilidad y el manejo de la pelota a Boca e intentar meter algún contragolpe letal.

Así se presentó el partido hasta los primeros 20 minutos de juego. Lo tuvo Boca en los pies de Zárate y luego en un cabezazo de Capaldo a las manos de Vicentini. Pero las lesiones de Salvio e Izquierdoz frenaron y llenaron de dudas al local.

Sarmiento cumplía el libreto a la perfección con buena marca pero sin generar juego colectivo más allá de la mitad de la cancha. Bien Vismara y Bravo para romper el circuito ofensivo de Boca y gran despliegue físico de Graciani por derecha para alejar el peligro. 

Fue el mismo Graciani quien encaró con decisión y llenó de dudas a la defensa local. Quedó mano a mano con Andrada pero dudó demasiado, intentó picarla y terminó regalando la chance más clara del primer tiempo.

Boca tuvo el control del balón en abrumadora mayoría (78 por ciento) pero fue pura impotencia, sin encontrar jamás a un referente de área ni generar jugadas colectivas.

En el segundo tiempo Boca se repetía en imprecisiones, sin un líder que se hiciera cargo de llevar el equipo adelante, dependiendo demasiado de Cardona, quien pide titularidad pero le cuesta horrores hacerse cargo del equipo.

Mientras Russo se movía inquieto en el banco Sarmiento comprendió que tenía chances. Lo tuvo Torres a los 10 por arriba del travesaño. El dt del verde se animó arriesgar un poquito más y puso al Pupi Quiroga para tener la pelota y generar peligro. Sarmiento adelantó sus líneas y ante la pasividad del local, se animó Alanis por izquierda, apiló a tres rivales y clavó un golazo inolvidable a los 19 minutos.

Herido en su orgullo fue Boca con ganas pero sin fútbol. De un centro de Cardona al área apareció de sorpresa Lisandro Lopez, marcador central, para darle aire al local.

Pero nuevamente las dudas, la falta de liderazgo y un puñado de juveniles con ganas pero sin mucho juego colectivo hicieron que Boca chocara una y otra vez con la defensa verde que fue creciendo y consolidando un muy buen partido.

Los cambios le dieron aire a Sarmiento y no modificaron demasiado en el ataque xeneize.

El final del partido encontró a Boca acorralado por Sarmiento (3 córner seguidos) donde cada ataque verde desnudaba cada vez más las falencias de este pálido Boca que no encuentra respuestas a tal punto que lleva 4 encuentros sin ganar como local.

Todo lo contrario del humilde equipo de Junín, apoyado en el trabajo colectivo, la colaboración y muy concentrado durante todo el partido se trajo un punto histórico de la silenciosa Bombonera  y le da confianza al plantel de Mario Sciaqua para seguir trabajando y afianzarse en la máxima categoría.

Por Toni Ferreiro