Poner la crianza en agenda es hacerse cargo de que las transformaciones históricas, formateadas por la constante tensión de las relaciones de poder. La puericultura, en tiempos de individualismo y consumo como norma de vida, es una militancia nacida de la empatía. Repensar los tradicionales roles de padre y madre desestructurados por la sociedad actual, pero que necesariamente deben abordarse desde el concepto de equipo familiar. La incorporación de la mujer al mundo del trabajo, la precarización laboral, el ensamble familiar no ha cambiado una estadística que indica mayoritariamente al varón como acompañante de la mujer.
Estas transformaciones atraviesan los procesos de crianza, y desde la puericultura podemos abordarlos desde una mirada integradora, que incluya no sólo al rol de la mujer, clave en la lactancia, sino de todo el equipo familiar. Comenzamos, entonces, este itinerario con Celeste Fresedo, nuestra peuricultora de cabecera