Plan de trabajo

La metodología de trabajo se adecuó a los criterios de la Comunidad Terapéutica San Ignacio. Eso implicaba contar con usuarios que estarían en rol de coordinadores de grupo, horarios estrictos para pausas, respeto por las normas establecidas y situación de cada persona. El taller contaba con un doble propósito, por una parte, aportar al proceso y tratamiento de los usuarios, fortaleciendo su identidad y valoración personal. Por el otro, un propósito comunicacional relacionado con generar un contenido para la sociedad juninense que permita visibilizar el trabajo de las personas que ingresan a la Comunidad Terapéutica, recuperándose de adicciones, a través de un producto de calidad.

El tramo de trabajo se organizó en cuatro etapas:

  1. Conocimiento del grupo de trabajo e introducción a la comunicación
  2. Herramientas, géneros y formatos de producción periodística.
  3. Planificación de la revista
  4. Producción de la notas y contenidos.

Las jornadas se articularon en formato de taller, de producción continua en un salón organizado con mesas en formato de semi círculo, con asistencia al menos un referente de la organización Don Ito en la coordinación de los grupos de trabajo. Se trabajaron con materiales donados y partiendo de los saberes y conocimientos de los usuarios. Durante la producción de la revista, fueron muy importantes los aportes de los participantes que tenían experiencia en la producción periodística o literaria, así como también en las artes visuales, ya que permitieron que entre clase y clase se realicen avances.

A partir de los primeros escritos, se realizaron aportes y correcciones, tanto de estilo como de enfoque general de la propuesta. Finalmente, se realizó una jornada de diagramación colectiva. El trabajo de transcripción de los textos se realizó en conjunto con Don Ito, mientras que la diagramación de la revista en formato PDF como su versión digital.

Los principales inconvenientes estuvieron relacionados con los recursos. Toda la actividad fue costeada de manera voluntaria por ambas organizaciones. Esto llevó a que los tiempos de publicación se dilatasen y no se cumpla una de las metas que era contar con una impresión previa a que varios integrantes dejasen el tratamiento. Sin embargo, tanto la metodología, como el producto final y la articulación entre tres instituciones nos deja un precedente para proyectos posteriores en el abordaje de la Comunicación y la Salud Mental.

Compartimos las producciones de los participantes, comunicadores de distintos puntos de nuestra región, que desde la Comunidad San Ignacio de Loyola compartieron con la sociedad sus historias, su arte y su dedicación.